Visitas guiadas a Málaga
En pleno centro histórico de Málaga, junto a la Plaza de la Constitución, se abre un pequeño laberinto urbano que invita al paseo pausado y al descubrimiento: el Pasaje de Chinitas. Callejuelas estrechas y peatonales que parecen susurrar viejas tertulias flamencas, versos poéticos y encuentros artísticos de otra era.
El pasaje originalmente se llamaba Pasaje de Álvarez, en honor a Antonio María Álvarez, hombre de negocios, antiguo gobernador civil y militar de Málaga, promotor del proyecto.
Se construyó sobre terrenos del antiguo convento de las Agustinas Descalzas, fundado en el siglo XVII. Cuando la orden fue exclaustrada, sus terrenos fueron reformados y adaptados, y parte de la portada del convento se conserva hoy como arco de entrada desde la Plaza de la Constitución.
Con el tiempo, la fama del Café de Chinitas, un café-teatro ubicado en el pasaje, fue tan grande que la calle tomó su nombre definitivamente.
Entre 1857 y 1937, el Café de Chinitas fue uno de los grandes templos del flamenco y la escena artística en Andalucía.
Cerró definitivamente en 1937, durante la Guerra Civil.
En 2024 se produjo una reapertura simbólica del Café de Chinitas en su ubicación original, combinando gastronomía, cócteles y espectáculos, con la intención de revivir el espíritu de aquel legendario local.
Al adentrarte por el arco desde la Plaza de la Constitución, pasarás bajo la portada que rememora el antiguo convento.
El trazado del pasaje es cruciforme: va desde la Plaza de la Constitución hasta la Calle Fresca, y también desde Calle Santa María hasta lo que fuera la “Calle del Toril” (actual Nicasio Calle). En el centro, una pequeña plazoleta que funciona como punto de cruce y mirador íntimo.
En Calle Santa María se puede continuar el paseo hacia otros rincones cercanos del casco antiguo o terminar en zonas de tapeo como el ambiente de El Quita Penas o tabernas tradicionales.
El pavimento artístico restaurado, la arquitectura de fachadas antiguas, farolas de forja y el ambiente al caer la tarde —ese fresquito que aquí llamamos “la fresca”— inspiran la nostalgia de siglos pasados.
Es ideal recorrerlo al atardecer o por la noche, cuando las luces cálidas resaltan los muros y el silencio invita a imaginar el ruido de guitarras, aplausos o conversaciones de antaño.
Entre los artistas que pasaron por el Café de Chinitas figuran Juan Breva, Antonio Chacón, La Niña de los Peines, Manolo Caracol, El Cojo de Málaga, Vallejo e incluso nombres como La Argentinita, Vicente Aleixandre, Picasso, Salvador Dalí.
Federico García Lorca lo inmortalizó con estos versos:
“En el Café de Chinitas dijo Paquiro a su hermano:
‘Soy más valiente que tú, más torero y más gitano’”
Este poema contribuyó enormemente al prestigio literario del local.
Se relatan en las crónicas locales episodios de escándalos, juergas, peleas y cierre judiciales. En algunos momentos, el café fue considerado un burdel encubierto.
Durante la reapertura en 2024, el humorista El Morta participó en el acto de presentación, recitando los versos de Lorca. Málaga Hoy
También se ha dicho que Chiquito de la Calzada era cliente habitual de los restaurantes del pasaje en tiempos recientes.
La reapertura de 2024 pretende recuperar el espíritu bohemio: el local mantiene columnas originales del antiguo convento y combina gastronomía con arte escénico.
Una anécdota curiosa: cuentan que un día una visitante madrileña llevó un jamón para Chiquito como regalo sorpresa, lo cual causó alegría y risas en ese “templo del artista”. EL ESPAÑOL
En pleno casco histórico de Málaga, a un paso de la emblemática Plaza de la Constitución, se esconde uno de los rincones con más duende malagueño: el Pasaje de Chinitas. Este íntimo pasaje peatonal, repleto de historia, arte y leyenda, invita al visitante a adentrarse en siglos de música, poesía y bohemia.
Construido en el siglo XIX sobre el solar del antiguo convento de las Agustinas Descalzas, el pasaje conserva la portada original que da acceso desde la Plaza. El diseño cruciforme del pasaje conecta cuatro calles: Santa María, Fresca, Nicasio Calle y la propia Plaza de la Constitución, convergiendo en una pequeña plazoleta interior.
El origen del nombre “Chinitas” se debe a un actor dramático apodado Chinitas quien actuaba en el local que luego se volvió famoso. Aunque inicialmente fue llamado Pasaje de Álvarez (en honor al promotor Antonio María Álvarez), fue el prestigio del café-teatro el que impuso su denominación actual.
Desde 1857 hasta 1937, el Café de Chinitas fue un epicentro cultural: flamenco, poesía, tertulias y espectáculos de toda índole convergían allí. Hoy, tras décadas cerrado, resurge con renovada energía: gastronomía andaluza, cócteles creativos y expresiones artísticas en vivo, todo en un entorno restaurado que rinde tributo a su pasado.
Pasear por el pasaje al caer la tarde, cuando las luces doradas iluminan las piedras, es abrazar la Málaga de otros tiempos. Las paredes sugieren melodías de Juan Breva, Antonio Chacón, la Niña de los Peines, o las visitas de Lorca, Picasso, Dalí, Vicente Aleixandre… y la estatua homenaje a Lorca preside ahora la barra como guardián silencioso de la memoria.
Además, puedes enlazar tu visita con calles colindantes con encanto —la Cerería Zalo (muy cercana), tiendas con siglos de historia, bares tradicionales y la Catedral a pocos minutos—. Acércate a Calle Santa María para enlazar con zonas de tapeo como el Quita Penas.
Consejo: visítalo al atardecer o por la noche, cuando el ambiente invita a imaginar espectáculos, murmullos y versos entre las farolas. No olvides detenerte en la diminuta plazoleta interior: un lugar donde el tiempo parece doblarse.
¡Ven y redescubre el corazón bohemio de Málaga! El Pasaje de Chinitas te espera con historia, melodía y emoción latente entre sus muros centenarios.
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